Es genial poder contar cuentos al aire libre, en un lugar en el que han preparado tu llegada con mimo, donde te recibe con los brazos abiertos todo el pueblo, ¡si hasta me dejaron entrar a una casa para cambiarme de ropa! Para alguien de Madrid esto es una autentica maravilla.
Comenzamos en la plaza al ladito de la parra y, tormenta de por medio, terminamos a cubierto después de trasladar las sillas a todo correr. Una sesión muy divertida, muchas gracias a todas y especialmente a Asun que estuvo pendiente en todo momento para que todo saliese a pedir de boca.
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